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Centro de Estudios Legales y Sociales

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  • 1979 - Presente

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) es un organismo de derechos humanos argentino creado en 1979, durante la última dictadura militar, por madres y padres de jóvenes detenides-desaparecides y preses polítiques. Promueve la protección de los derechos y su ejercicio efectivo, la justicia y la inclusión social, a nivel nacional e internacional. Para llevar adelante esta agenda el CELS recurre al litigio estratégico nacional e internacional, la investigación, la alianza con otras organizaciones, la incidencia en políticas públicas y la comunicación. Este trabajo se realiza en alianza con otras organizaciones y movimientos nacionales, regionales e internacionales.
Desde los inicios de su actividad, se conformó un fondo documental con el objetivo de documentar violaciones a los derechos humanos, registrar casos, identificar responsables y metodologías represivas.
En sus primeros años, el CELS llevó adelante la lucha por la verdad y la justicia por los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado. Entonces la estructura incluía una comisión directiva, un equipo jurídico, un centro de documentación y un equipo de Salud Mental. En ese momento, el trabajo en torno de la documentación testimonial fue central: se recibían testimonios y documentación personal de los familiares de las víctimas a quienes patrocinó.
A partir del inicio de la democracia en 1983, el CELS continuó la búsqueda de verdad y justicia por los crímenes del terrorismo de Estado y la asistencia a las víctimas (a través de la participación en Oficina de Solidaridad con el Exilio Argentino -OSEA-, entre otras acciones). En 1986, tras el dictado de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, el CELS impulsó las campañas de rechazo a la impunidad, trabajó activamente en los procesos y denunció internacionalmente las leyes de impunidad.
En democracia, el CELS amplió su agenda a las violaciones de los derechos humanos ocurridas en el presente, a sus causas estructurales y su relación con la desigualdad social. Durante los 80 se puso en marcha el Programa de Apoyo Jurídico Popular y el Programa de Violencia policial.
En 1994 se inició un proceso de reformulación institucional, se diversificó la agenda temática y se organizaron los equipos de trabajo en Áreas y Programas. Además, se fortaleció el rol del Director Ejecutivo con el objetivo de profesionalizar la gestión institucional, garantizar la sustentabilidad económica, consolidar y organizar el equipo de trabajo, sostener la perspectiva institucional en los vínculos con la prensa y las autoridades estatales, entre otros objetivos. También se consolidó la Comisión Directiva.
En este período se establece un convenios con la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que dio lugar a la práctica profesional para estudiantes de finalización de carrera que se sostiene en el presente. También el vínculo con el Equipo de Antropología Jurídica y Política de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, para el desarrollo de múltiples investigaciones sobre problemáticas de derechos humanos y reflexiones sobre las formas de activismo.
Hoy las principales áreas de trabajo son: la memoria, la verdad y la justicia por los crímenes cometidos en el marco del terrorismo de Estado; la violencia institucional y las políticas de encarcelamiento como ámbitos de violación de los derechos humanos; la inclusión social y los derechos económicos, sociales y culturales, con énfasis en el acceso a la tierra y a un hábitat digno; las políticas públicas en materia de salud mental; las reformas del sistema de justicia, los derechos de las personas migrantes, los derechos sexuales y reproductivos, y la libertad de expresión.

Angélica Paula Sosa (1918-2008)

  • Person

Angélica Paula Sosa, conocida como Chela, nació
en Carlos Keen, Luján, Provincia de Buenos Aires en 1918. Años más
tarde se mudó a la ciudad de Luján, donde se graduó como Maestra
Normal. En 1949 contrajo matrimonio con Emilio Fermín Mignone,
joven abogado lujanense, por entonces designado Director General de Escuelas en el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos
Aires. Chela y Emilio Mignone tuvieron cinco hijas e hijos: Isabel,
Mónica, Mercedes, Fernando y Javier.
Durante varios años, Angélica Sosa de Mignone se desempeñó como
maestra e inspectora de educación primaria.
Entre 1962 y 1967 se trasladó con su familia a Estados Unidos, a raíz
del trabajo de su esposo.
A comienzos de 1973, se desempeñó como trabajadora social dentro
del Ministerio de Bienestar Social, trabajando en varias villas de
emergencia de la Capital Federal.
El 14 de mayo de 1976 su hija Mónica María Candelaria fue
secuestrada de su domicilio por efectivos del Ejército Argentino y
desde entonces permanece desaparecida. En 1977, junto con otras
madres y padres de jóvenes desaparecidos formó la agrupación
Madres de Plaza de Mayo. En 1986, cuando la agrupación Madres de
Plaza de Mayo se escindió, Chela Mignone se unió a la “Línea
Fundadora”.
Entre 1978 y 1979, junto a su esposo y otros militantes del naciente
movimiento de derechos humanos, contribuyó a fundar el Centro de
Estudios Legales y Sociales. A lo largo de los años, Chela Mignone
orientó dentro del CELS varios proyectos vinculados con la educación
en derechos humanos.
Chela Mignone falleció en Buenos Aires, el 15 de marzo de 2008.

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Emilio Fermín Mignone (1922-1998)

  • Person

Emilio Fermín Mignone nació en Luján, provincia de Buenos Aires, el 23 de julio de 1922. Hijo de un matrimonio de la emergente clase media local (su padre fue comerciante, su madre, maestra y profesora de la Escuela Normal), entre las décadas del ’30 y el ’40 completó su formación, primero en el Colegio secundario de los Hermanos Maristas en Luján y más tarde en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó como abogado.
Desde sus años formativos, Emilio Mignone se incorporó activamente a la Juventud de la Acción Católica, de la que fue dirigente local y llegó a dirigir su órgano oficial a nivel nacional, el periódico Antorcha.
Su militancia católica, su acercamiento a algunos círculos nacionalistas y su formación jurídica, lo acercaron a Arturo Sampay, abogado constitucionalista, inspirador de la Constitución Nacional reformada en 1949 e intelectual del primer peronismo, por cuya mediación fue convocado para integrar el equipo de Julio César Avanza, Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Domingo Mercante. Mignone inició su carrera en el ámbito público de la mano del peronismo bonaerense como Director General de Escuelas de la provincia entre 1949 y 1952. Por esos años contrajo matrimonio con Angélica Paula Sosa (Chela), joven maestra lujanense, con quien tuvieron cinco hijos: Isabel, Mónica, Mercedes, Fernando y Javier.
Finalizado el gobierno de Mercante, Mignone abandonó la función pública y se instaló en Luján donde se dedicó al ejercicio de la abogacía en forma privada, reanudó el ejercicio de la docencia media y superior y adquirió y dirigió el diario local La Voz de Luján. Su alejamiento de los cargos públicos no significó su abandono de la política. Por esos años siguió vinculado a distintos grupos cercanos al peronismo y criticó duramente los fusilamientos ordenados por la dictadura en 1956.
En 1962 se trasladó a los Estados Unidos, donde se desempeñó en distintos cargos en el área de cooperación técnica y científica de la OEA. Entre 1967 y 1972, de vuelta en la Argentina, ocupó diversos cargos en áreas de planificación y gestión educativa. Integró los equipos técnicos del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE), desde donde promovió la creación de instituciones de educación superior y de carreras en el área de la ciencia política. Entre 1969 y 1971 estuvo a cargo de la Subsecretaría de Educación del Ministerio de Cultura y Educación, desde donde implementó el proyecto piloto de régimen de profesorado a tiempo completo para escuelas medias nacionales, conocido como “Proyecto 13”. Durante el interregno presidencial de 1970, en ocasión de la renuncia del ministro, Emilio F. Mignone ejerció interinamente el cargo de Ministro de Educación.
En 1973 se sumó a los equipos de intelectuales y técnicos que
acompañaron el nuevo proyecto peronista y ese mismo año fue designado rector de la reinaugurada Universidad Nacional de Luján, cargo que ocupó hasta el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
El 14 de mayo de ese año, su hija Mónica María Candelaria,
psicopedagoga, docente de la Universidad de Luján y activa
participante de proyectos de promoción social en villas miseria de la ciudad de Buenos Aires, fue secuestrada por las fuerzas de seguridad, en el marco del plan represivo implementado por la dictadura militar.
A partir de entonces, Emilio Mignone y su esposa Chela volcaron sus esfuerzos a la indagación del paradero de su hija, que permanece desaparecida desde entonces.
Chela y Emilio Mignone jugaron un papel fundamental en los orígenes del movimiento por los Derechos Humanos que fue surgiendo como resistencia a la dictadura. Participaron activamente y desde sus orígenes en Madres de Plaza de Mayo (MPM) y en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y fueron cofundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que Emilio Mignone presidió hasta su fallecimiento. Durante esos años, Mignone denunció las violaciones a los derechos humanos cometidas
por la dictadura en ámbitos internacionales.
En 1981, Augusto Conte y Emilio Mignone redactaron la llamada “doctrina del ‘paralelismo global’”, que resultó una pieza fundamental en la orientación de la estrategia de denuncia de las violaciones contra los DD.HH cometidas por la dictadura militar.
Desde el inicio de la experiencia democrática en 1983, Emilio y Chela Mignone, a través de su participación en MPM y el CELS, participaron activamente de los juicios seguidos contra los responsables de la política represiva aplicada por la dictadura desde 1976.
La sanción de las leyes de “Punto Final” y “Obediencia Debida” en 1986 y 1987 supuso cambios drásticos en el movimiento de DD.HH e implicó, para Emilio Mignone, un cambio en la dirección de sus actividades. Por una parte, dio inicio la lucha contra la impunidad, por la anulación de dichas leyes y la reapertura del proceso de revisión de las acciones de la dictadura. Por otra, se reforzó la labor de los organismos de DD.HH orientada hacia la consolidación de la experiencia democrática.
En 1986 Emilio Mignone publicó Iglesia y Dictadura, libro en el que revisó el papel de ciertos círculos de la jerarquía eclesiástica en relación la política represiva de la dictadura. El libro fue traducido al inglés, francés, italiano y portugués. En 1991 publicó Derechos Humanos y Sociedad, en el que plasmó la experiencia y proyección del movimiento que había contribuido a formar y liderar hasta entonces.
Desde el retorno a la democracia, Emilio Mignone retomó su actividad académica y pública, participando en diversos proyectos de investigación en los que habían sido desde siempre sus campos de actuación profesional: la planificación educativa, la transferencia científica y tecnológica, a los que se agregaba, a partir de su experiencia inmediata, las relaciones entre políticas de derechos humanos y educación y la revisión de las relaciones entre la Iglesia católica y la sociedad argentina.
Con el retorno del peronismo al poder, a partir de 1989, esa
reinserción en el área académica fue acompañada por un mayor compromiso en áreas de gestión educativa y orientación de políticas públicas. Mignone participó en los equipos técnicos de las reformas educativas emprendidas durante esos años, culminando con su nombramiento al frente de la novel Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), cargo que desempeñó hasta su fallecimiento.
Emilio Mignone falleció en Buenos Aires el 21 de diciembre de 1998.

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